Tú eres el obstáculo
- Sergio Belver
- 20 jun 2016
- 2 Min. de lectura
Salimos del instituto o de la universidad y nos decidimos a hacer algo con nuestra vida y nuestro futuro. No tenemos muy claro hacia donde avanzar, pero queremos hacerlo obviamente. Queremos tener planes de futuro, que incluyan lo que es normal en la sociedad: una familia, un buen sueldo y el trabajo soñado por siempre en el que todo es de color de rosas y nadie te impide "cumplir tus sueños". Vale, ahora para, reflexiona pero de verdad, ¿en serio crees que se puede llegar a tener todo lo que quieras, esperando a que llegue solo?
Creo que esto es lo que piensa el 85% de los chavales que salen como yo lo hice, de forma renqueante, sin un objetivo claro y sin ninguna dirección concreta. Se creen lo que muchas películas dicen, lo que leen en revistas sobre famosos y hasta asumen como normal que la suerte defina el futuro de tu vida. Nunca, nunca lo hace. Al menos hasta donde yo conozco.
En las películas, claro que eso pasa. En la realidad, todo es fruto del esfuerzo que has realizado durante días, meses e incluso años en muchos casos. Leí con referencia a todo esto un artículo muy interesante en el que hablaba precisamente de todo este proceso, de como afrontar los problemas que te vengan de repente y de como superarte cada día.

El principal obstáculo aún así, seguimos siendo nosotros mismos. Os pongo un ejemplo: ¿cuántas veces cuando estabais empezando un nuevo proyecto bastante ilusionante, habéis pensado que no merecía la pena y lo habéis dejado? Estoy seguro que cientos y cientos de veces, como los millones de personas que no confían en que su trabajo puede gustar a otros, aunque sea a una mínima parte. Pero como vivimos en la cultura de la difusión y de las visitas, que por ejemplo 400 personas, vean nuestro vídeo, se toma como un fracaso, cuando no, porque son 400 personas que han decidido invertir 2, 3, 6 u 8 minutos de su vida, en ver el trabajo que habéis hecho.
Lo que me gusta de tener una página con blog, y usarla y actualizarla cada día, es que me permite lo que es para mí una de las mejores experiencias de este mundo digital: compartir algo y olvidarte de ello. Si triunfa, bien. Que no lo hace, no obsesionarse, si no seguir trabajando día a día. Así deberían educar a los niños del mañana, enseñándoles que un pequeño triunfo también sirve para crecer, como persona, como ser humano y como sujeto creativo.
Así que, hoy desde mi blog, te pido que compartas, difundas y te olvides de ello, y puede que algún día, tu esfuerzo haya sido recompensado con creces. Y si no, seguirás avanzando como hasta ese momento hasta que consigas lo que de verdad deseaste desde el primer día. Si algo nos hace avanzar hacia delante, al mismo tiempo que retroceder, es la voluntad infinita que tenemos de querer crecer cada día.
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