Valora la palabra amistad

Estoy un poco cansado. De idas y venidas. De encuentros y malas caras que no llegan a ninguna parte. Es como si el mundo girase y tú te preguntases a diario por qué lo hace, sin entender realmente ninguna de las razones.

En las últimas semanas me están sucediendo cosas que no entiendo en absoluto y me gustaría escribir sobre mis sensaciones al respecto. De un día para otro, la palabra amistad y/o compañerismo queda relegada a una serie de actos que desprestigian una amistad entera, no muy fundada pero si en proceso de construcción, pero de repente, boom, el teatro fue derruido.

Y me gustaría decir que ha sido la primera vez en mi vida en la que me he sentido algo perdido, pero no, no lo es en absoluto. Y me toca volver poco a poco a encontrar mi sitio, que no sé donde es, pero ahí está. Que la gente funciona únicamente por interés era algo que ya conocía de sobra, lo que no tenía nada claro es como de repente, te puedes convertir en una mota de polvo que se lleva una brisa de aire. Podría dar más metáforas de lo que sucede, pero es bastante claro a lo que voy: para mí, si valoras a una persona, tienes que mantenerla sea como sea, por muy difícil que sea, no olvidas a quien te ayudo a salir por mucho que otros te hayan hecho descubrir nuevas aventuras.

Y es así, yo soy el primero que debo practicarlo más por supuesto. Pienso que hay que darnos cuenta de los errores cuando también nos competen, pero no sentirnos como los únicos responsables de un gran desmoronamiento.

Y me duele, por supuesto que me duele que personas a las que siento cerca, se alejen ellas solas, sin justificación ninguna, tan solo porque...bueno el tiempo lo ha decidido así. Pero sienta mal, sinceramente que cuando intentas encontrar personas con las que sentir nuevas sensaciones, y en definitiva, sentirte, no sé arropado, se aleje todo como si de un espejismo en el desierto se trate todo.

Por eso desde aquí, desde una madrugada algo agitada, escribo esto, a ver si mi cabeza se libera y entiende de una vez por todas porque nos sentimos constantemente solos aún estando rodeados de gente.