Elige un camino y no te arrepientas
- Sergio Belver
- 17 ago 2016
- 2 Min. de lectura
Diría que es difícil para mí decidir algo importante en mi vida, pero últimamente es para mi bastante sencillo. Creo que toda opción que elijas te va a guiar hacia un sitio concreto y es fantástico que encares con ilusión un nuevo paseo hacia el desarrollo de todo tu potencial y para crecer como persona.
Hay situaciones donde si debes pensar bien la decisión que vas a tomar pero otras en las que todo depende del azar, de algo aleatorio que te llegue y puedas aprovechar como si nada. No es sencillo realizar este proceso y muchas veces necesitaremos segundas opiniones. Para mi gusto, en ese momento es cuando tienes que preguntar a tu familia y amigos, porque no solo puede implicarte a ti, si no a terceros, que también querrán darte su opinión porque les afecte de forma directa.

El mejor ejemplo de este post es el siguiente: vas caminando en un sueño por un camino y de repente se bifurca.
En un lado te han dicho que si lo tomas, te encontrarás con un dragón y tendrás que pelear contra él para seguir avanzando. En el otro lado, te han dicho que será todo de camino de rosas y podrás seguir sin obstáculos muy duros de superar. El ser humano es aventurero y elegiría siempre el camino del dragón porque le gusta ser valiente y hacerle frente a mayores obstáculos que le hagan sentirse orgulloso de sí mismo. Pero sin embargo, muchos otros eligen el camino fácil, siguiendo su camino sin llegar realmente a avanzar como persona y vagando por el mundo sin saber en ningún momento si el camino que ha elegido es el que conseguirá llevarle a la cima de la montaña.
Pero para mí, es mejor llegar a la cima siendo feliz y costándote el camino recorrido, a tener todo hecho desde pequeño. Si lo que disfrutamos de la vida es el proceso, ¿preferis elegir el camino fácil y aburriros durante toda vuestra vida?
Por eso, cuando eliges una profesión o una forma de ser, no estás eligiendo mal, si no por instinto, porque los seres humanos siempre intentamos hacer que nos salga todo bien y cuando no es así, nos desorientamos precisamente porque pensábamos que habíamos elegido el camino de rosas para no sufrir y llegar a nuestro destino, sin darnos cuenta de que muchas veces las rosas, también pueden herirnos y hacernos más dura la llegada.
El truco de todo esto está en que tomes la decisión que tomes, sigas avanzando hacia delante sin mirar atrás en ningún momento.
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